Secretaria Regional de Educação
Colégio Estadual Analícia Cecília Barbosa da Silva
Língua Espanhola – Ensino Médio -
Professores: José Humberto dos Anjos


El coleccionista de nubes
Mauricio Montiel Figueiras
Desde aquella tarde azulada de su niñez en que volteó al horizonte y pensó que las nubes eran una flota de buques encallados a las afueras de la ciudad, Franco las coleccionaba. O al menos eso respondía cuando le preguntaban a qué se dedicaba: colecciono nubes, decía con el aplomo de quien conoce los intríngulis no sólo de su oficio sino del mundo, para luego esbozar un gesto aéreo y misterioso, similar a una sonrisa. La gente le devolvía la mueca y se apartaba de él con premura, tosiendo o farfullando, ansiosa por engarzarse en una plática banal, sana a fin de cuentas. Franco la veía alejarse y no podía más que evocar nubes, diáfanos estratos reclamados por la distancia a la que pertenecían. El gesto aéreo se quedaba impasiblemente atornillado a su lugar.
Al igual que el calendario cristiano, la vida de Franco se dividía en dos grandes hemisferios históricos: a. C. y d. C., o aún mejor, antes de la cámara y después de la cámara. En el primero se hacinaban postales y recortes de diarios y revistas, toda una infancia consagrada a apropiarse de las nubes de otros: nubes blancas y grises y marrones y rojas y sepia e incluso verdes, matutinas y vespertinas, delgadas y robustas, límpidas y veteadas, en urbes fulgurantes y sobre intemperies surcadas justamente por los rastros de una civilización nubosa. Franco recordaba con insólita claridad la reclusión voluntaria en su dormitorio, las horas reducidas a un vértigo de tijeretazos que había opacado las tentaciones del exterior – la ida al cine con los amigos del colegio, el partido de futbol en el parque – y que se había disuelto al hollar territorio prohibido: las enciclopedias que una tarde, ante el aluvión de gritos paternos, no lograron disimular sus páginas mutiladas. Recordaba también las llamadas a amistades y familiares que se comprometían a enviar postales de los sitios – de los cielos, de acuerdo, sólo porque eres hijo único – por donde viajaban, el dinero invertido en el joven cartero que le permitía elegir tarjetas cuyos remitentes serían recibidos con completa perplejidad: ¿por qué nunca escribiste, por qué prometes algo y no lo cumples? Las películas le gustaban, sin duda, siempre y cuando transcurrieran en parajes abiertos, al aire libre; el firmamento debía ser el protagonista. Se masturbó por primera vez en el baño de una casa de campo; el orgasmo, acelerado por la imagen de la lluvia que henchía el horizonte más que por los pezones de una prima entrevistos en la alberca, llegó con la rabia de una tormenta y lo dejó tendido en los mosaicos durante una eternidad mientras el agua arrastraba su semen como el viento arrastra las nubes. Por lo general sus sueños eran luminosos, de una levedad celeste, pero en ocasiones un espesor, una especie de tinta china, se colaba a esa transparencia y él despertaba jadeando, consciente de haber sufrido una pesadilla que no podría reconstruir. ¿Una pesadilla, cavilaba, o un eclipse?
El segundo capítulo de su biografía estaba gobernado por la cámara y la obsesión por atrapar nubes – sus propias, íntimas nubes, y que tenía la curiosa certeza de haber agotado el acervo de los demás –. Su madre le regaló la primera Canon, un fetiche fiel que lo acompañó a lo largo de su temprana adolescencia y que evocaba con cariño cada vez que veía la foto inaugural, de la que no había querido deshacerse: captada desde la enorme ventana de su dormitorio, una nube solitaria colgaba a mitad del cielo como símbolo de una época demasiado tórrida, demasiado irrecuperable. Inoculado con el virus de la fotografía, Franco se entregó en cuerpo y alma a una fiebre que le concedió una oportunidad única: redescubrir la bóveda celeste, lo que equivalía a decir el mundo –, su mundo, que era el que importaba –. Todas, absolutamente todas las nubes eran asequibles; uno podía adueñarse de ese orbe etéreo con tan sólo accionar el disparador: clic y ya. Clic y una aurora invernal develaba sus milagros nebulosos. Clic y un mediodía aparentemente anodino se convertía en un panorama memorable. Clic y quedaba fijo un ocaso vuelto almacén de algodones sanguinolentos. Clic y las fotos se iban apilando en la habitación y luego en el estudio de Franco. Clic y la gente que pedía su retrato pasaba a ser una excusa para continuar con esa suerte de saqueo espacial; había quienes, ante las imágenes que Franco les mostraba, se frotaban el cuello para ratificar que no hubieran sido decapitados: sus cabezas aparecían invariablemente desprendidas de sus cuerpos, relegadas a un ángulo inferior, meros puntales sobre los que descansaba el firmamento que era el personaje principal. Poco a poco la lente de Franco se olvidó del pretexto humano y se concentró en lo que podría llamarse un voyeurismo de altura. Cámaras, mujeres y amistades fueron y vinieron; el objetivo, sin embargo, permaneció incólume.
La oferta de trabajo en una célebre revista de viajes cayó, literalmente, como una bendición del cielo. Editores, reporteros y fotógrafos nunca habían visto tal dedicación, semejante renuncia a todo lo que no relacionara con el ojo vuelto hacia arriba. Si sigues en las nubes te va a dar tortícolis, advertían, y Franco esbozaba su gesto aéreo y accionaba el disparador. Pronto se ganó el respeto de sus colegas más exigentes, una admiración no exenta de envidia y cierta dosis de lástima; su reputación, para usar un lugar común, subió como la espuma, aunque a él le hubiera gustado decir – en un arrebato nada común de cursilería – como la humedad que se transforma en lluvia. Por encargo de la revista recorrió sitios que lo empujaron a quemar, una tarde de nostalgia y whisky profundo, las postales y recortes acumulados en la niñez; descubrió ciudades y pueblos y desiertos y mares y selvas que nunca hubiera concebido y de donde siempre regresaba satisfecho, ávido por revelar los rollos que le abultaban el equipaje como extraños tumores. Una medianoche en Nueva York, atento al impetuoso espectáculo de las nubes rebanadas al chocar en el más alto de los rascacielos, decidió que debía hacer algo en su vida, es decir con los cientos de fotografías que atestaban la pequeña casa comprada en las afueras de su ciudad natal. Empezó así a catalogar imágenes, a darles orden y secuencia, en busca de un patrón que no tardó en hallar. Pidió vacaciones – nunca las había tomado – y viajó metódicamente, con firme propósito de capturar toda la jerarquía nubosa: nimboestratos, cúmulos, estratocúmulos, cumulonimbos, altocúmulos, altoestratos, cirrocúmulos, cirroestratos, cirros. Al volver no le fue difícil dar con galerías dispuestas a exhibir su biografía en clave etérea. Editoriales y críticas entusiastas tampoco faltaron.
Clic. Clic.
Colecciono nubes, se acostumbró a declarar, porque eso soy.
Clic, clic, clic.
Una noche, al llegar a casa luego de recoger su tercer libro (Apuntes del cielo protector), vació en la tina los bidones adquiridos el día anterior. Escogió sus mejores fotos y las distribuyó por el baño, donde se encerró acompañado por una botella de whisky. Se desnudó ceremoniosamente, se masturbó en memoria del oscuro horizonte que había precipitado su primera eyaculación, se hundió en la tina y comenzó a beber. Antes de encender el fósforo que dejaría caer en el lago de gasolina donde flotaba, pensó en el fogonazo inicial y se dijo que su vida había valido la pena para alcanzar ese momento. Pensó que así, convertido triunfalmente en nube – efímera, de humo, sí, pero al fin y al cabo nube –, podría unirse a las presencias que habían regido cada uno de sus actos para sobrevolar las intemperies recortadas durante la infancia, esas tierras baldías que acogerían con júbilo el rastro de una sombra dócil y veloz.

21 Response to " "

  1. José Humberto says:
    19 de abril de 2010 às 20:14

    Vamos lá GALERA. Essa é a hora de vocês arrasarem nos comments. Mostrem suas criatividades e produzam o melhor que puderem. Vamos fazer um excelente trabalho. Boa produção, muita CRIATIVIDADE e sucessos sempre. Bjinhos de su maestro (José Humberto dos Anjos)

  2. Unknown says:
    21 de abril de 2010 às 12:08

    Nossa, o Colecionador de Nuvens é um barato. É um história bem diferente contando sobre a vida de um cara que ao mesmo tempo sonhador, era solitário, colecionava nuvens, e as interpretava da forma que ele mesmo via, ou seja de vários jeitos. Assim que começou a trabalhar ganhou o respeito pelos seus colegas,e até admiração. No final, suicidou-se com a esperança de evaporar e se transformar em uma nuvem.

    Beijos, Ana Paula M
    3° Ano "A" Matutino

  3. Unknown says:
    21 de abril de 2010 às 12:40

    o colecionador de nuvens é uma história muito legal, e ao mesmo tempo um pouco complexa...
    Franco protagonista da história tinha uma paixão pelas nuvens era filho unico e por isso muito solitário.foi chamado para trabalhar em uma revista de viangens e ganhou a admiração de todos. no final ele se suicidou co a intenção de virar uma nuvem...muito divertida a história...

  4. Ana Paula Guimarães Souza Says:
    21 de abril de 2010 às 13:09

    Este conto é incrível, pois revela a perplexidade da mente humana, principalmente quando um determinado ser, neste caso ,o personagem principal do conto, é uma pessoa solitária.
    A única forma que o pesonagem encontra de se sentir completo,ou pelo menos, se sentir acompanhado, é tirando fotos de nuvens,onde encontra uma distraçãoa,fazendo com que nas formas das nuvens ele encontre traços dos seus sentimentos,daí o nome "O Colecionador de Nuvens!

  5. Anônimo Says:
    22 de abril de 2010 às 05:47

    El colecionador del nubes e um conto maravilhoso, que nos abre varias portas para os estudos, nele podemos ver figuras de linguagem, emprestimos linguisticos, metaforas fortissimas que nos leva a comprender melhor o texto.Opersonagem principal é apaixonado praticamente obsecado pelas as nuvens que chega ate mesmo a acreditar que pode se transformar em uma. Foi otimo o estudo sobre o conto, pois nos proporcionado uma aula diferente, que concerteza a maioria da sala entedeu muito mais atraves desses metodos que dispertam a nossa curiosidade. Agora lei e comente o que voce acha. obrigado me maestro José Humberto, pelas maravilhosas aulas que esta nos dando.bjos sucesso sempre...

    Samara Guimarães Tosta Santos

  6. Anônimo Says:
    22 de abril de 2010 às 09:54

    O Conto Colecionador de nuvens, por mais que seja dificil de se entender,envolve uma história super interessante.
    Conta a história de um homem que enchergava às nuvens de um modo bem diferente dos outros. Na verdade por ele ser filho unico, sozinho sem amigos, o melhor jeito que ele encontrava para se destrair era ficar tirando fotos de todas as meneiras das nuves era onde ele se sentia protegido, feliz, para o protagonista Franco eram suas verdadeiras amigas. Pode se dizer que ele era totalmente obsecado pelas nuvens , que até mesmo ele tinha vontade de se tornar uma, e tentando fazer isso, suicidou-se crendo que iria para céu , mas sim para se tornar uma delas.

    Quando lí este conto, pensei que ele fosse um cara bem locão, doido, mas na realidade ele era simplismente, um homem sonhador e super solitário que por causa disso tudo se tornou um picicopata.

    Tá aii fessor, espero que esteja ao seu gosto.
    bjss By: Cecilia Fideles.

  7. KhallelMendes says:
    22 de abril de 2010 às 17:52

    O texto mostra-nos o isolamento do narrador e com a impossibilidade de lidar com a vida real onde ele se busca no seu mundo irreal(as nuvens) deixando de lado as pessoas e tudo que o cerca . Na divisão de sua vida Franco primeiro se deixa levar pela ideia fixa, de fotos , postais , etc , levando-o a se afastar de sua vida social e familiar.Obsecado por suas ilusões para ele homens e mulheres foram relegados a meros esteios sobre os quais descansavam o firmamento que era o personagem principal,que é onde ele se encontra.Na oferta de trabalho em um revista ele busca encontra os espaços ideais onde o seu "eu"torna-se feliz,pois pode realizar seus projetos e aprimorar um padrão onde ele se via como parte integrante de sua arte , pos dizia a todos que colecionava nuvens , porque era todas elas.Esta fuga do espaço e da realidade e na necessidade de estar em espaços ideais ao seu "eu" ele após se satisfazer com tudo e achar que a vida havia valido a pena buscou transformar-se naquilo a que ele se indentificava. as nuvens.
    OBS: pedi ajuda a minha mãe !

  8. Izamara says:
    23 de abril de 2010 às 08:07

    O colecionador de nuvens nada mais era que uma pessoa obsecada desde sua infância em nuvens alheias(vidas).Na segunda fase de sua vida seu "fetiche" por imagens revela mais claramente sua obsecação pelo que não é seu na realidade.Como todo bom profissional de sucesso faltava-lhe algo talvez a paz interior,pude chegar a essa conclusão quando imerso em gasolina pós um fim a sua vasta coleção de nuvens.
    BEIJOS!!!
    IZAMARA
    3°ANO A MATUTINO

  9. Unknown says:
    23 de abril de 2010 às 08:41

    O colecionador de nuvens é uma história que se inicia bem e termina de forma trágica (e ao mesmo tempo esquisita). Desde o início, o personagem principal Franco se mostra obcecado pelas nuvens. Tanto que quando lhe era perguntado o que ele fazia, a resposta era sempre igual: “coleciono nuvens” (cá entre nós, o que é impossível). Sua vida no conto é dividida em duas etapas: A.C. e D.C.. Essas siglas nada a ver tem com “antes de Cristo” e “depois de Cristo”, e sim antes da câmara e depois da câmara. Câmara essa que era usada por Franco para captar imagens de paisagens e, principalmente, de nuvens. Na parte final da obra, ele já se considera uma nuvem. Sua morte é um suicídio, de um modo bastante curioso: Franco se queima, na esperança de se tornar vapor e “finalizar sua transformação” (como quase todo mundo sabe, as nuvens são formadas de vapor de água condensado). Certamente esse personagem não é certo da cabeça. Um distúrbio mental, com certeza, deve acometer-lhe. Sem sombras de dúvidas, essa obcessão foi causada pela solidão que o protagonista sofre desde o início da obra: em nenhum momento é citado o nome de algum amigo ou de um parente próximo dele.
    OBS: se vier com aquele papinho de “farejador” e disser que eu copiei esse texto da internet eu te processo!!!!!!!!!!!!!!!! Não estou aguentando mais fazer textos no chamequinho, passar a limpo e depois digitar. Chego à escola, mostro o texto para os professores (José Humberto, Zélia e Glaucione, principalmente) e eles vem falar desse maldito programa (farejador) e afirmam convincentemente que o texto é copiado da internet........ Então, pelo amor de Deus, NÃO FALE ISSO DESSE TEXTO!!!!!!!!!!! Seu tirano.
    Uhadan Borba de Matos

  10. bvf says:
    23 de abril de 2010 às 08:44
    Este comentário foi removido pelo autor.
  11. Anônimo says:
    23 de abril de 2010 às 08:48

    Colecionador de Nuvens,um cara que tem orgulho do que ele faz e mostra seus sentimentos para todos,com isso ele ganho respeito de todos os colegas de trabalho,mais só isso ele não queria,ele queria ser uma nuvem para mostra todas formas e suas criatividades que ele queria mostra mais só de maneira diferente ele queria mostra para todos verem.

    Não tirei da net,só falta fala que eu tirei,tudo que eu faço e da net!!!!!!

  12. Anônimo says:
    23 de abril de 2010 às 08:50

    Colecionador de Nuvens,um cara que tem orgulho do que ele faz e mostra seus sentimentos para todos,com isso ele ganho respeito de todos os colegas de trabalho,mais só isso ele não queria,ele queria ser uma nuvem para mostra todas formas e suas criatividades que ele queria mostra mais só de maneira diferente ele queria mostra para todos verem.

    Não tirei da net,só falta fala que eu tirei,tudo que eu faço e da net!!!!!!

  13. Eudásio Cocheva says:
    23 de abril de 2010 às 08:52

    Colecionador de Nuvens,um cara que tem orgulho do que ele faz e mostra seus sentimentos para todos,com isso ele ganho respeito de todos os colegas de trabalho,mais só isso ele não queria,ele queria ser uma nuvem para mostra todas formas e suas criatividades que ele queria mostra mais só de maneira diferente ele queria mostra para todos verem.

    Não tirei da net,só falta fala que eu tirei,tudo que eu faço e da net!!!!!! Eudásio Cocheva

  14. thayeva says:
    23 de abril de 2010 às 09:38

    O colecionador de nuvens é uma história de um jovem rapaz Franco que tinha um hábito diferente de qualquer outro: ele “colecionava” nuvens. Ele as admirava de vários ângulos e formas diferentes. Por sua vez, Franco era uma pessoa solitária, obcecada pela arte de fotografar nuvens e paisagens. Ele se tornou totalmente enlouquecido pela natureza que ate mesmo, teve o seu primeiro orgasmo, que foi pela imagem da chuva no horizonte. Conseguiu seu primeiro emprego em uma revista de viagens, que lhe serviu de grande valia. Mas em um dia qualquer resolveu tomar um rumo a sua vida, ou seja, na tentativa de organizar as suas imagens, para dar-lhes ordem e sequencia.
    Mas com uma atitude já planejada ele organiza sua própria morte carbonizada, com intuito de evaporar e se tornar uma nuvem.
    “Coleciono nuvens, acostumou-se a declarar, porque sou todas elas”.
    P.S. Imagino que não ficou muito bom, mas foi o que realmente senti vontade de expressar :~

    Thaynara Evangelista Silva 3º ‘A’
    Grande abraço :*

  15. Unknown says:
    23 de abril de 2010 às 10:31
    Este comentário foi removido pelo autor.
  16. Unknown says:
    23 de abril de 2010 às 10:35

    No colecinador de nuvens conta uma historia um pouco diferente, o rapaz do texto coleciona nuvens, e adoro o que faz.Conforme as nuvens era o seu jeito de ser, as vezes meio sombrio ou as vezes tava gosto de olhar, o que mais fazia era se espelhar nessas suas nuvens que tinha uma imensa adoração, uma historia meio esquisito e um pouco enjuada de se entender.Mas ao mesmo tempo uma viagem interessante.

  17. Anônimo Says:
    23 de abril de 2010 às 11:43

    Zé eu não pode estar na dia da aula que você passou o livro pra ler mais, fiquei sabendo e lê a obra, gostei muito, que fala de um homem bastante solitário, muito sonhador, um cara que tinha paixão por nuvens, que muito ilustrava. Que com seu trabalho conquistou a confiança dos seus colegas, também pode se notar que começa NE uma historia bem e termina em tragédia. Enfim e uma obra incrível.
    Abraços



    RENAN

  18. Anônimo Says:
    23 de abril de 2010 às 11:47

    A obra o colecionador de nuvens é uma obra muito legal. Fala de um homem fotógrafo que gostava de tirar fotos principalmente de paisagens e nuvens. Gostava tanto de nuvens que suicidou quimando-se para evaporar como as nuvens. Era um homem bastante solitário. No começo da história ele começou calmo, mas no fim, com uma grande tragédia

    Israel Lázaro e Silva

  19. Ana Paula Says:
    26 de abril de 2010 às 04:11

    chfgsdgfjkdshfjkhgjksdhjdgjkhfd

  20. Anônimo Says:
    26 de abril de 2010 às 04:38

    Vem ai noite reboltation dia 12 de junho, na feira coberta de Amorinópolis. :)

    kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
    beijo "ZÉ"

  21. Leonardo Vieira de Almeida says:
    1 de novembro de 2011 às 22:16

    Meus caros,

    Acabei de postar minha tradução deste conto em meu blog:

    http://leonardovdealmeida.wordpress.com/2011/11/02/o-colecionador-de-nuvens/

    Abraços fraternos